La Leyenda: Deion Sanders
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Uno de los jugadores mas interesantes en la NFL ha sido sin duda Deion Sanders. Nacido en Fort Myers, Florida, el 9 de agosto de 1967, tuvo la capacidad atlética suficiente para practicar dos deportes a nivel profesional: Football y Baseball. No solo eso, también consiguió grandes triunfos en ambas disciplinas.
Acudió a la universidad de Florida State, donde comenzó a destacar también en baloncesto y atletismo, ayudando a ganar el campeonato de la conferencia estatal para el equipo de atletismo. Más tarde dejaría ambos deportes para centrarse en sus verdaderas dos pasiones.
Se convirtió en el mejor kick returner de la historia del estado de Florida. Se le galardonó en dos ocasiones con el All-American, también el premio Jim Thorpe. Seguidamente consiguió una Sugar Bowl. Tras su increíble carrera universitaria, el nº2 de su camiseta fue retirado en 1995 y se le consideró uno de los mejores cornerbacks del football universitario.
Tras su etapa universitaria, dos equipos muy diferentes se hicieron con sus servicios, ambos de ciudades diferentes. Los Atlanta Falcons quienes lo reclutaron en el pick 5 de draft de 1989, y por otro lado los Yankees de New York integrantes de la MLB. Deion decidió hacer lo que había estado haciendo toda su vida, jugar a ambos deportes.
En el baseball jugó esporádicamente, para cuatro equipos diferentes durante nueve años. Ayudó a los Atlanta Braves a llegar a las WS en 1992, pero su mejor año llego en el 97 donde jugó la friolera de 115 partidos, consiguiendo 127 hits, y 56 bases.Terminó retirándose del baseball en los Cincinnati Reds.
Por otro lado, su carrera en la NFL fue incluso mejor. Fue conocido por el apodo “Prime Time”.Tras jugar sus primeras cinco temporadas en los Falcons, dejó el equipo para unirse a San Franciso, donde llevó al equipo a conseguir una Super Bowl, siendo elegido jugador defensivo del año. Consiguió 6 intercepciones, y anotó 3 TD con un total de 303 yardas. Este año demostró que era algo más que un jugador sobresaliente en un equipo mediocre como Atlanta, pero eso no fue suficiente para Sanders, y al año siguiente, tras arrebatar los dos años de reinado a los Cowboys de Dallas, ficho por ellos y volvió a ganar la Super Bowl, quiso demostrar que él marcaba la diferencia.
En el 2000, tras cinco años en Dallas, decidió jugar en Washington. Tras 4 intercepciones ese mismo año, inesperadamente se retiró por un tiempo del football. Pero su regreso no se hizo esperar mucho y en 2004 firmó con los Baltimore Ravens, y acumuló 5 intercepciones antes de volver a retirarse en 2005, esta vez de forma definitiva.
En total, como jugador de football, anotó 9 TD, y tuvo 53 intercepciones. Fue ocho veces seleccionado al Pro Bowl, ocho veces miembro del equipo All-Pro, dos Super Bowls, jugador defensivo del año 1994, miembro del equipo ideal de la NFL en la década de los 90, y en 2011 se convirtió en miembro del Hall Of Fame (La primera vez que salió en las votaciones).
“Deion tenía la capacidad no sólo de enfocarse en sus talentos y jugar al fútbol americano al máximo nivel, sino que también era divertido”, dijo Eugene Parker, agente y amigo cercano de Sanders. “Siempre decía: ‘Hago lo que amo y amo lo que hago”.
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En los retornos, su velocidad y movilidad le permitían adentrarse entre las filas de los rivales sin ser alcanzado, despistando por completo a la defensa. Corría con el balón sujeto en ambos brazo, balanceándolo a una velocidad pasmosa. Pero esto no era lo que mas odiaban el resto de jugadores a los que se enfrentaba. Su forma de celebrar los TD, sus bailes en forma de burla eran parte de él. Con este tipo de jugador, solo quedaban dos opciones, amarlo u odiarlo.
“Fue un jugador alucinante, siempre que mirabas desde el banquillo lo que hacia, no querías perderte nada” Flozell Adams, OT de Cowboys 98-2009 y compañero de Sanders entre el 98-99.
Deion Sanders hizo lo que amaba y amó lo que hizo.
Se suele utilizar la expresión "jugador nº12" para referirse al apoyo del público de un campo de fútbol a su equipo. Sin embargo, existe un equipo y un hombre que personalizan la leyenda del "jugador nº12", si bien no se trata de un equipo ni de un jugador del conocido como "fútbol FIFA", sino de lo que en España conocemos como "fútbol americano".
En nuestro país, la afición al fútbol americano, aunque minoritaria, va creciendo poco a poco. Sin embargo en los grandes medios sólo es noticia por los espectáculos en el descanso de la Superbowl (sobre todo si alguna cantante enseña un pecho) y por los escándalos de jugadores que se ven sometidos a juicios morbosos (O.J. Simpson, Michael Vick) o envueltos en casos de droga o tiroteos.
La imagen del fútbol americano en nuestro país es la del espectáculo mediático y televisivo de la NFL, a la que se ve como una máquina de fabricar dinero a base de anuncios publicitarios y que, como he comentado, sólo tiene reflejo en nuestros medios cuando salta algún tipo de escándalo o una vez al año, en la Superbowl (por cierto, el término "la final de la Superbowl" que oigo muchas veces, es incorrecto; es simplemente "Superbowl")
Sin embargo, existe otro fútbol americano, completamente diferente al espectáculo comercial y televisivo de la NFL. Me refiero al fútbol americano universitario. Se trata de un deporte con más de un siglo de antigüedad, que atrae a auténticas multitudes cada sábado y cuyos valores son: tradición, rivalidad, ritos, pasión en las gradas y memoria histórica.
Cada Universidad tiene establecidos desde hace muchos años sus propios ritos, ya sean de animación, de himnos, de aplausos, tienen sus mitos, sus rivalidades históricas desde hace más de cien años con otras universidades, su historia de glorias y desgracias a lo largo de tantos años. Un partido de football universitario es un espectáculo no sólo en el campo, sino también en las gradas, cuyo aspecto sería la envidia de muchos campos de fútbol europeo.
Hoy me quiero referir a una Universidad y a una leyenda muy concreta. En las gradas del estadio de la Universidad de "Texas A&M" (que jugó su primer partido de fútbol americano en 1.894) una enorme pancarta reza "The House of the 12th Man" ("la Casa del Jugador Nº12").
El origen de esta historia hay que buscarlo en un partido que la Universidad de Texas A&M jugó el 2 de enero de 1.922 en Dallas, frente a uno de los por entonces considerados mejores equipos universitarios de Estados Unidos, Centre College. Los Aggies, como se conoce a los jugadores de Texas A&M, sufrieron una aguerrida, por decirlo suavemente, defensa por parte de sus rivales. Hasta el punto de que en un momento dado se encontraron en la tesitura de tener tantos jugadores lesionados que no quedó ni un sólo reserva en el banquillo por si era necesario realizar otro cambio.
En ese momento, el entrenador de los Aggies dirigió su mirada a la tribuna de prensa y se encontró con un esstudiante de Texas A&M vestido de calle que al principio de temporada había entrenado con el equipo de football de los Aggies, pero que no había llegado a formar parte de los mismos al decantarse por el baloncesto. Su nombre: E. King Gill.
El entrenador le pidió que bajara al campo para ocupar el puesto de reserva el resto del partido y suplir a algún compañero lesionado. Pese a que no era miembro del equipo y que no había entrenado desde hacía meses, King no lo dudó: cogió la sudada (y posiblemente ensangrentada) ropa de uno de sus compañeros lesionados para poder lucir el uniforme, se sentó en el banquillo siendo el único ocupante del mismo (el jugador nº12). No llegó a jugar un solo segundo.
Sin embargo, desde entonces su gesto se conoce como la expresión del genuino apoyo de la grada (el jugador nº12) a su equipo y fue objeto de atención en los periódicos de la época. Pasados casi cien años, la leyenda del jugador nº12 sigue formando parte de las tradiciones del football universitario, y específicamente de las de los Aggies, que cada sábado lucen con orgullo la pancarta de "la casa del jugador nº12". Es más, es tradición que algún estudiante que no es miembro del equipo forme en el banquillo con el nº12 en la camiseta e incluso que participe en alguna jugada de equipos especiales.
A quien quiera conocer más al respecto de estos y otros ritos y tradiciones, así como sobre la historia del football universitario le recomiendo la colección de DVD "Rites of Autumn". También en la mastodóntica "College Footbal Encyclopedia" de ESPN se menciona la historia como una de las diez días más importantes en la historia del fútbol universitario según uno de sus autores, por lo que ha significado posteriormente la tradición creada a partir de ese día. Esta enciclopedia, de más de 1.600 páginas contiene un exhaustivo estudio de la historia de los equipos de fútbol de incontables universidades estadounidenses (nacimiento, resultados, jugadores, estadísticas, tradiciones, mascotas, jugadores y partidos más importantes). Para fanáticos del "football" de college.
Algunas películas sobre el football son también muy recomendables ("Friday Night Lights", "El Expreso de Elmira". "The Blind Side"), otras no tanto, al menos para mí ("Un domingo cualquiera").
Además, para comprender mejor lo que en USA significa el football recomiendo el curioso, y apartado de su habitual línea de dramas jurídicos, libro de John Grisham "El último partido".
Uno de los jugadores mas interesantes en la NFL ha sido sin duda Deion Sanders. Nacido en Fort Myers, Florida, el 9 de agosto de 1967, tuvo la capacidad atlética suficiente para practicar dos deportes a nivel profesional: Football y Baseball. No solo eso, también consiguió grandes triunfos en ambas disciplinas.
Acudió a la universidad de Florida State, donde comenzó a destacar también en baloncesto y atletismo, ayudando a ganar el campeonato de la conferencia estatal para el equipo de atletismo. Más tarde dejaría ambos deportes para centrarse en sus verdaderas dos pasiones.
Se convirtió en el mejor kick returner de la historia del estado de Florida. Se le galardonó en dos ocasiones con el All-American, también el premio Jim Thorpe. Seguidamente consiguió una Sugar Bowl. Tras su increíble carrera universitaria, el nº2 de su camiseta fue retirado en 1995 y se le consideró uno de los mejores cornerbacks del football universitario.
Tras su etapa universitaria, dos equipos muy diferentes se hicieron con sus servicios, ambos de ciudades diferentes. Los Atlanta Falcons quienes lo reclutaron en el pick 5 de draft de 1989, y por otro lado los Yankees de New York integrantes de la MLB. Deion decidió hacer lo que había estado haciendo toda su vida, jugar a ambos deportes.
Por otro lado, su carrera en la NFL fue incluso mejor. Fue conocido por el apodo “Prime Time”.Tras jugar sus primeras cinco temporadas en los Falcons, dejó el equipo para unirse a San Franciso, donde llevó al equipo a conseguir una Super Bowl, siendo elegido jugador defensivo del año. Consiguió 6 intercepciones, y anotó 3 TD con un total de 303 yardas. Este año demostró que era algo más que un jugador sobresaliente en un equipo mediocre como Atlanta, pero eso no fue suficiente para Sanders, y al año siguiente, tras arrebatar los dos años de reinado a los Cowboys de Dallas, ficho por ellos y volvió a ganar la Super Bowl, quiso demostrar que él marcaba la diferencia.
En total, como jugador de football, anotó 9 TD, y tuvo 53 intercepciones. Fue ocho veces seleccionado al Pro Bowl, ocho veces miembro del equipo All-Pro, dos Super Bowls, jugador defensivo del año 1994, miembro del equipo ideal de la NFL en la década de los 90, y en 2011 se convirtió en miembro del Hall Of Fame (La primera vez que salió en las votaciones).
“Deion tenía la capacidad no sólo de enfocarse en sus talentos y jugar al fútbol americano al máximo nivel, sino que también era divertido”, dijo Eugene Parker, agente y amigo cercano de Sanders. “Siempre decía: ‘Hago lo que amo y amo lo que hago”.
En los retornos, su velocidad y movilidad le permitían adentrarse entre las filas de los rivales sin ser alcanzado, despistando por completo a la defensa. Corría con el balón sujeto en ambos brazo, balanceándolo a una velocidad pasmosa. Pero esto no era lo que mas odiaban el resto de jugadores a los que se enfrentaba. Su forma de celebrar los TD, sus bailes en forma de burla eran parte de él. Con este tipo de jugador, solo quedaban dos opciones, amarlo u odiarlo.
“Fue un jugador alucinante, siempre que mirabas desde el banquillo lo que hacia, no querías perderte nada” Flozell Adams, OT de Cowboys 98-2009 y compañero de Sanders entre el 98-99.
Deion Sanders hizo lo que amaba y amó lo que hizo.
Se suele utilizar la expresión "jugador nº12" para referirse al apoyo del público de un campo de fútbol a su equipo. Sin embargo, existe un equipo y un hombre que personalizan la leyenda del "jugador nº12", si bien no se trata de un equipo ni de un jugador del conocido como "fútbol FIFA", sino de lo que en España conocemos como "fútbol americano".
En nuestro país, la afición al fútbol americano, aunque minoritaria, va creciendo poco a poco. Sin embargo en los grandes medios sólo es noticia por los espectáculos en el descanso de la Superbowl (sobre todo si alguna cantante enseña un pecho) y por los escándalos de jugadores que se ven sometidos a juicios morbosos (O.J. Simpson, Michael Vick) o envueltos en casos de droga o tiroteos.
La imagen del fútbol americano en nuestro país es la del espectáculo mediático y televisivo de la NFL, a la que se ve como una máquina de fabricar dinero a base de anuncios publicitarios y que, como he comentado, sólo tiene reflejo en nuestros medios cuando salta algún tipo de escándalo o una vez al año, en la Superbowl (por cierto, el término "la final de la Superbowl" que oigo muchas veces, es incorrecto; es simplemente "Superbowl")
Sin embargo, existe otro fútbol americano, completamente diferente al espectáculo comercial y televisivo de la NFL. Me refiero al fútbol americano universitario. Se trata de un deporte con más de un siglo de antigüedad, que atrae a auténticas multitudes cada sábado y cuyos valores son: tradición, rivalidad, ritos, pasión en las gradas y memoria histórica.
Cada Universidad tiene establecidos desde hace muchos años sus propios ritos, ya sean de animación, de himnos, de aplausos, tienen sus mitos, sus rivalidades históricas desde hace más de cien años con otras universidades, su historia de glorias y desgracias a lo largo de tantos años. Un partido de football universitario es un espectáculo no sólo en el campo, sino también en las gradas, cuyo aspecto sería la envidia de muchos campos de fútbol europeo.
Hoy me quiero referir a una Universidad y a una leyenda muy concreta. En las gradas del estadio de la Universidad de "Texas A&M" (que jugó su primer partido de fútbol americano en 1.894) una enorme pancarta reza "The House of the 12th Man" ("la Casa del Jugador Nº12").
El origen de esta historia hay que buscarlo en un partido que la Universidad de Texas A&M jugó el 2 de enero de 1.922 en Dallas, frente a uno de los por entonces considerados mejores equipos universitarios de Estados Unidos, Centre College. Los Aggies, como se conoce a los jugadores de Texas A&M, sufrieron una aguerrida, por decirlo suavemente, defensa por parte de sus rivales. Hasta el punto de que en un momento dado se encontraron en la tesitura de tener tantos jugadores lesionados que no quedó ni un sólo reserva en el banquillo por si era necesario realizar otro cambio.
En ese momento, el entrenador de los Aggies dirigió su mirada a la tribuna de prensa y se encontró con un esstudiante de Texas A&M vestido de calle que al principio de temporada había entrenado con el equipo de football de los Aggies, pero que no había llegado a formar parte de los mismos al decantarse por el baloncesto. Su nombre: E. King Gill.
El entrenador le pidió que bajara al campo para ocupar el puesto de reserva el resto del partido y suplir a algún compañero lesionado. Pese a que no era miembro del equipo y que no había entrenado desde hacía meses, King no lo dudó: cogió la sudada (y posiblemente ensangrentada) ropa de uno de sus compañeros lesionados para poder lucir el uniforme, se sentó en el banquillo siendo el único ocupante del mismo (el jugador nº12). No llegó a jugar un solo segundo.
Sin embargo, desde entonces su gesto se conoce como la expresión del genuino apoyo de la grada (el jugador nº12) a su equipo y fue objeto de atención en los periódicos de la época. Pasados casi cien años, la leyenda del jugador nº12 sigue formando parte de las tradiciones del football universitario, y específicamente de las de los Aggies, que cada sábado lucen con orgullo la pancarta de "la casa del jugador nº12". Es más, es tradición que algún estudiante que no es miembro del equipo forme en el banquillo con el nº12 en la camiseta e incluso que participe en alguna jugada de equipos especiales.
El entrenador le pidió que bajara al campo para ocupar el puesto de reserva el resto del partido y suplir a algún compañero lesionado. Pese a que no era miembro del equipo y que no había entrenado desde hacía meses, King no lo dudó: cogió la sudada (y posiblemente ensangrentada) ropa de uno de sus compañeros lesionados para poder lucir el uniforme, se sentó en el banquillo siendo el único ocupante del mismo (el jugador nº12). No llegó a jugar un solo segundo.
Sin embargo, desde entonces su gesto se conoce como la expresión del genuino apoyo de la grada (el jugador nº12) a su equipo y fue objeto de atención en los periódicos de la época. Pasados casi cien años, la leyenda del jugador nº12 sigue formando parte de las tradiciones del football universitario, y específicamente de las de los Aggies, que cada sábado lucen con orgullo la pancarta de "la casa del jugador nº12". Es más, es tradición que algún estudiante que no es miembro del equipo forme en el banquillo con el nº12 en la camiseta e incluso que participe en alguna jugada de equipos especiales.
A quien quiera conocer más al respecto de estos y otros ritos y tradiciones, así como sobre la historia del football universitario le recomiendo la colección de DVD "Rites of Autumn". También en la mastodóntica "College Footbal Encyclopedia" de ESPN se menciona la historia como una de las diez días más importantes en la historia del fútbol universitario según uno de sus autores, por lo que ha significado posteriormente la tradición creada a partir de ese día. Esta enciclopedia, de más de 1.600 páginas contiene un exhaustivo estudio de la historia de los equipos de fútbol de incontables universidades estadounidenses (nacimiento, resultados, jugadores, estadísticas, tradiciones, mascotas, jugadores y partidos más importantes). Para fanáticos del "football" de college.
Algunas películas sobre el football son también muy recomendables ("Friday Night Lights", "El Expreso de Elmira". "The Blind Side"), otras no tanto, al menos para mí ("Un domingo cualquiera").
Algunas películas sobre el football son también muy recomendables ("Friday Night Lights", "El Expreso de Elmira". "The Blind Side"), otras no tanto, al menos para mí ("Un domingo cualquiera").
Además, para comprender mejor lo que en USA significa el football recomiendo el curioso, y apartado de su habitual línea de dramas jurídicos, libro de John Grisham "El último partido".
EL NACIMIENTO DE UNA LEYENDA: ROBERTO LOPEZ UFARTE "LE PETIT DIABLE"
Ayer, en no sé qué programa, recuperaron imágenes de partidos de la Real Sociedad de los años 80 en el viejo Atocha. En ellas, inevitablemente, se veían espectaculares jugadas de uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol español hasta la actual generación de jugones: Roberto López Ufarte.
Esas imágenes, el hecho de que la Real sea a día de hoy el equipo de moda en la Liga, y la mayor amenaza para el tercer puesto en la misma de mi Atleti (equipo en el que, por cierto López Ufarte llegó a jugar) me llevan a recuperar una historia de las más personales comentadas en este blog, por motivos que explicaré al final: el nacimiento del mote de "le petit diable" o "el pequeño diablo" que acompañó a Roberto durante su carrera.
En los años 70 se disputaba en Montecarlo un tradicional torneo de selecciones juveniles al que habitualmente acudía España. En el equipo del año 1975 figuraba un chico nacido en 1.958 en Fez (Marruecos), pero criado en las categorías inferiores de la Real Sociedad y que se encontraba cedido al Real Unión de Irún: Roberto López Ufarte. Roberto no era muy alto (de ahí lo de pequeño), pera un extraordinario jugador que pronto destacó en el torneo por su velocidad y su regate desde el extremo izquierdo.
En uno de los partidos que disputó la selección española en Mónaco se encontraba presente el Príncipe Rainiero. Viendo la exhibición de juego ofrecida por López Ufarte, Rainiero realizó el comentario que dio origen al nombre con el que Roberto fue conocido durante toda su carrera: "Qui est ce petit diable?" ¿Quien es ese pequeño diablo?"
El resto de la historia es más conocida: Roberto fue uno de los principales protagonistas de la extraordinaria hazaña de la Real Sociedad que ganó dos Ligas al mando de Ormaechea y un puntal durante años en la selección española, en la que hoy creo que su juego encajaría como un guante.
En internet se puede investigar más a fondo sobre las estadísticas y la carrera de Roberto. Sin embargo, lo que me interesa hoy destacar es que mucho antes de que se hiciera pública la historia de "le petit diable" y su papel en el Torneo de Mónaco, tuve el privilegio de ser de los primeros que tuvo conocimiento de la grandeza de un chaval de 17 años que deslumbró en el Principado de Mónaco: mi padre era el médico de esa selección y cuando volvió de Mónaco no hacía otra cosa que hablar que había nacido una estrella del fútbol español. Desde entonces Roberto se convirtió, y sigue siendo, en uno de mis ídolos en la Historia de nuestro deporte rey.
Ayer, en no sé qué programa, recuperaron imágenes de partidos de la Real Sociedad de los años 80 en el viejo Atocha. En ellas, inevitablemente, se veían espectaculares jugadas de uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol español hasta la actual generación de jugones: Roberto López Ufarte.
Esas imágenes, el hecho de que la Real sea a día de hoy el equipo de moda en la Liga, y la mayor amenaza para el tercer puesto en la misma de mi Atleti (equipo en el que, por cierto López Ufarte llegó a jugar) me llevan a recuperar una historia de las más personales comentadas en este blog, por motivos que explicaré al final: el nacimiento del mote de "le petit diable" o "el pequeño diablo" que acompañó a Roberto durante su carrera.
En los años 70 se disputaba en Montecarlo un tradicional torneo de selecciones juveniles al que habitualmente acudía España. En el equipo del año 1975 figuraba un chico nacido en 1.958 en Fez (Marruecos), pero criado en las categorías inferiores de la Real Sociedad y que se encontraba cedido al Real Unión de Irún: Roberto López Ufarte. Roberto no era muy alto (de ahí lo de pequeño), pera un extraordinario jugador que pronto destacó en el torneo por su velocidad y su regate desde el extremo izquierdo.
En uno de los partidos que disputó la selección española en Mónaco se encontraba presente el Príncipe Rainiero. Viendo la exhibición de juego ofrecida por López Ufarte, Rainiero realizó el comentario que dio origen al nombre con el que Roberto fue conocido durante toda su carrera: "Qui est ce petit diable?" ¿Quien es ese pequeño diablo?"
El resto de la historia es más conocida: Roberto fue uno de los principales protagonistas de la extraordinaria hazaña de la Real Sociedad que ganó dos Ligas al mando de Ormaechea y un puntal durante años en la selección española, en la que hoy creo que su juego encajaría como un guante.
En internet se puede investigar más a fondo sobre las estadísticas y la carrera de Roberto. Sin embargo, lo que me interesa hoy destacar es que mucho antes de que se hiciera pública la historia de "le petit diable" y su papel en el Torneo de Mónaco, tuve el privilegio de ser de los primeros que tuvo conocimiento de la grandeza de un chaval de 17 años que deslumbró en el Principado de Mónaco: mi padre era el médico de esa selección y cuando volvió de Mónaco no hacía otra cosa que hablar que había nacido una estrella del fútbol español. Desde entonces Roberto se convirtió, y sigue siendo, en uno de mis ídolos en la Historia de nuestro deporte rey.
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